jueves, 19 de mayo de 2011

La mayoría de las víctimas estaba vinculada a la actividad petrolera y minera

Sierra Grande Noticias por Silvia Panomarenko

 La mayoría de los 22 muertos del vuelo 5428 de la línea área Sol, que cubría la ruta Córdoba-Mendoza-Neuquén-Comodoro
Rivadavia, estaba vinculada con empresas petroleras y mineras de la zona, además de una kiosquera y una madre y su bebé que viajaban por problemas de salud.
Los mendocinos Jorge Jacomes, que vivía en el departamento Godoy Cruz, y Diego Córdoba, de Luján de Cuyo, viajaban por cuestiones laborales, por trabajar en firmas petroleras que operan en Comodoro Rivadavia, dijeron familiares de las víctimas en el aeropuerto mendocino.
Jacomes, de 30 años, casado y sin hijos, iba a Comodoro cada 15 días en ómnibus y ayer por primera vez lo hacía en avión, y Córdoba, de 40, era casado y con dos hijos: un varón y una nena.
Otros mendocinos que murieron son Guillermo Castro, de Godoy Cruz; Andrés Cerioni, del departamento de Las Heras, y Luis Vargas, de 39 años y del departamento Guaymallén.
Cerioni y Vargas trabajaban en una contratista del yacimiento aurífero de la minera Cerro Vanguardia, informó Jorge Palmés,
gerente general de esa firma, ubicada en la zona de Puerto San Julián -Santa Cruz- a 350 kilómetros al norte de Río Gallegos, quien expresó sus condolencias a sus familias y compañeros.
La tragedia conmocionó a la comunidad petrolera de Comodoro Rivadavia, donde el secretario de Prensa del Sindicato del Personal Jerárquico del Petróleo y Gas Privado del Chubut, Pedro Argel, dijo a Télam: "Estoy conmovido, porque hubiera sido cualquiera de nosotros".
Argel añadió que "es habitual que los jerárquicos del petróleo se trasladen desde las provincias de origen hacia Comodoro Rivadavia, actividad que hacen semanalmente" y comentó que "tenía previsto" reunirse con Antonio López, de 54 años, uno de los fallecidos.
La hermana de éste, Roxana López, dijo que se había jubilado tres meses atrás, pero "había vuelto a trabajar" en una firma
petrolera y regresaba de un viaje laboral desde Mendoza.
También era cordobés el piloto, Juan Raffo, y Marcelo Frías, quien como López subió al avión en Córdoba con otros siete pasajeros que descendieron en Mendoza.
Frías, de 42 años, tenía una hija de nueve años y trabajaba de inyeccionista en pozos petroleros, por lo que viajaba cada 15 días a Comodoro Rivadavia, informó su hermano Roberto.
El piloto, de 45 años -relató su hermano Víctor- tenía cuatro hijos y había trabajado en Southern Winds y en la Prefectura Naval,
tras iniciar su carrera en la Escuela Naval de Buenos Aires, y anoche volaba con Adriano Bolatti como copiloto.
La localidad de Pico Truncado, en el norte santacruceño, quedó enlutada por la muerte de Carina Mansilla, de 20 años, y su bebé de 10 meses, Santiago Benjamín Sloper.
El ex subsecretario de Interior de Santa Cruz, Daniel Sloper, padre del niño, esperaba a ambos en el aeropuerto de Comodoro
Rivadavia y cuando supo del accidente viajó a Buenos Aires para reunirse con los cuerpos. El ministro de la Secretaría General, Gustavo Martínez, dijo a Télam que la joven decidió volver de Neuquén en avión, para acelerar el viaje porque el bebé tuvo una afección respiratoria.
Otra de las víctimas es Eduardo Musacchio, destacado geólogo y profesor de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, recordado porque su hijo Sebastián fue asesinado a los 22 años cuando recorría Catamarca como mochilero.
También Gustavo Basaldúa, gerente de la sucursal Comodoro Rivadavia del Banco Credicoop, se iba a casar en breve y era
esperado por su novia en el aeropuerto de destino.
El ingeniero Juan Carlos Begovic ocupaba un alto cargo en la empresa Clear, que entre otros rubros se dedica a la recolección de residuos y pertenece al grupo Indalo, precisó Gustavo Lupiano, gerente de este grupo tras enterarse del deceso.
Sara Tula atendía un kiosco de diarios en el aeropuerto de Comodoro Rivadavia y había viajado a Mendoza hace un mes por
cuestiones familiares.
Juan Manuel Ruiz era gerente de recursos humanos de la empresa Key, de la ciudad neuquina de Plottier, y viajaba junto a Darío Runjevac, gerente de Logística de la misma firma de servicios para compañías petroleras.
Rubén Demaría, residente de la capital de Neuquén, trabajaba en la empresa de servicios de ingeniería y arquitectura Ciar, lo mismo que Emanuel Olivera, con domicilio en Plottier.
Jesica Fontán, la única azafata del vuelo, era rosarina y, según el titular de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, Ricardo Frecia, había realizado varias denuncias por las condiciones de trabajo.
La nómina la completan Ferando Pulozzi, residente de la localidad rionegrina de Catriel, quien trabajaba en una petrolera; y Hugo Di Filippo, 38 años, de la ciudad bonaerense de Tres Arroyos, que vivía en Neuquén desde hacía 20 años, cuando empezó a trabajar en otra firma del rubro, informó una radio de su lugar de origen.

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